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martes, 5 de agosto de 2014

BUÑUELOS PÍCAROS

El buñuelo es una masa que se fríe en aceite profundo. Puede ser dulce o salado y puede llevar o no llevar  relleno.Es una preparación muy antigua de la comida mediterránea. Catón el Viejo incluyó una receta de buñuelos, con el nombre de globos, en su libro “De Agri Cultura”, escrito en el segundo siglo antes de Cristo. En esta receta se mezclan harina y queso, se hacen bolas que se fríen y se untan con miel y semillas de amapola para servirlos.
Después de la de Catón, la primera receta conocida de una masa para buñuelos parece ser la recogida por Apicio en su obra “De recoquinaria”, en el siglo primero de la era cristiana. 
La primera sociedad, después de la romana, que consumió buñuelos fue la morisca. Sus ciudadanos, gente de medios humildes, que habitaban los territorios del sur de la Península Ibérica y ocupaban puestos de trabajo de baja categoría, desempeñaban también el oficio de vendedores ambulantes de buñuelos. En Sevilla y Granada eran postre típico los buñuelos fritos en aceite y cubiertos de miel. Por otro lado, esta especialidad fue adoptada por los gitanos tras la expulsión morisca y perpetuada hasta la actualidad.
En Colombia, especialmente en la costa caribe, existen muchas variedades de buñuelos: de queso,  de frijol cabecita negra, de maíz biche, de lentejas  y el buñuelo dulce  de yuca al que llamamos “buñuelo pícaro”. Esta  receta, que voy  a compartir hoy con ustedes,   la aprendí a desarrollar en casa, no había nada escrito y  las cantidades se establecían al ojo y buen criterio de las cocineras. Voy a calcular los ingredientes para los novatos, pero como ya había dicho anteriormente, no es camisa de fuerza.  
Ingredientes:
1 libra de yuca
¼  cucharadita de sal
Azúcar al gusto
½ cucharadita de anís en grano


La yuca se pela y se sancocha sin sal, procurando que no quede muy blanda. Se deja reposar y se muele. 












Se le agrega el azúcar, la sal  y el anís en grano. Se amasa bien, se pone un poco de aceite en las manos y se  arman los pícaros. 









Se fríen en abundante aceite caliente. Se escurren en toallas de papel para extraer  el exceso de  aceite.




                                           




Para servirlos se espolvorean con azúcar.